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Bienvenidos

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La vida entera del Seminario se orienta a formar pastores a la medida de Cristo. La formación del joven y, por tanto, también la formación del hombre que se prepara para el Sacerdocio es un arte. Es el arte de lograr que el seminarista crezca desde dentro hacia el ideal propuesto por la iglesia que es la de tener sacerdotes doctos y santos.​

 

Queremos que nuestro sistema formativo ayude realmente al joven que se prepara para el sacerdocio a configurar su propia vida a Cristo Sacerdote. El documento de Aparecida subraya que " es necesario un proyecto formativo del seminario que ofrezca a los seminarista un verdadero proceso integral: humano, espiritual, intelectual y pastoral centrado en Jesucristo el buen Pastor" (Ap. 319)

 

 

Con la formación sacerdotal entendida como transformación queremos lograr que Cristo se forme en cada uno de ellos: en un modo de pensar, amar, reaccionar, actuar, relacionarse con los demás etc., así tendremos sacerdotes no funcionarios del culto sino verdaderos apóstoles que transmitan aquello que llevan dentro de su corazón, el amor de Dios.
 

Este año queremos lograr que toda la formación que reciban les lleve a trabajar en equipo, a respetar y tomar decisiones en su trabajo pastoral y tomar en cuenta los programas diseñados en el plan pastoral diocesano.

 

La formación de los seminaristas nos hace pensar en el seminario y nos invita a orar por las vocaciones sacerdotales. También nos hace sentir y vivir el seminario como algo nuestro. En una diócesis la alegría es grande cuando el Señor da vocaciones a su Iglesia, su falta produce al contrario preocupación

 

Que Jesús el buen Pastor bendiga este año académico con muchos frutos de santidad.

 

P. José Manuel Zamora Romero

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